En este simpático videojuego podías controlar a un pingüino en una carrera contrarreloj por la Antártida tratando de llegar a 10 de los puntos del mapa, en el camino te encontrabas con varios obstáculos como pozos y focas molestas, algo curioso que tenia era su melodía pegadiza, fracción del clásico vals:
Les Patineurs op. 183 de Émile Waldteufel.
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Saludos desde la base Marambio |
Me acuerdo cuando lo jugué por primera vez y vi que en el mapa de ruta decía Argentina y al llegar a la base donde se izaba la bandera, quede impresionado, nunca imagine que mi país pudiera ser nombrado en un videojuego... (no me molesten bravucones eran los 80s y yo era un pibe) antes de jugarlo mi pensamiento era que estábamos lejos del conocimiento de la civilización ja ja.
Aunque un poco simple el titulo (ya para esa época) me sentí orgulloso de ver que Argentina figuraba, al menos, en el extravagante mundo de los videojuegos.
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